vomitando en seco
todo lo que extraño.
Y escupía palabras como vidrio molido,
como botellas rotas por la resaca violenta;
escupía la sangre como un hígado muerto,
coagulado en mis venas hervidas
sin piel,
sin pasas
sin uva
y sin nueces.
Anoche soñé delante de tus ojos
que lloraban en polvo
todo lo que fuimos.
Y se me enredaba la lengua como un trapo de piso,
como lagarto revolcado en salares perpetuos;
se me enredaban las cuerdas como alambres de tela,
alfombrado en mi garganta apelmazada
con pezuñas,
con anzuelos
con espinas
y con púas.
Anoche soñé delante de tus manos
soportando en peso
lo que no pude sostenerte.
Cachi, 12 de diciembre de 2013
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