Soliloquio

Y la piedra silente se pregunta que culpa tiene, 
y yo sólo contesto a martillazos de furia
y cinceles violentos 
de la angustia.

Y la piedra callada me devuelve escombros diminutos, 
y yo sólo respondo perforando grietas
y agujeros profundos
de su ausencia.

Y la piedra resignada me vomita el polvo adolorido
y yo sólo sangro rabiando silencios
y esperanzas moribundas
de la nada


Buenos Aires; 26 de noviembre de 2012

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