Debo confesarlo: Lloré cuando vi el final de Lost, con el mismo dolor a quien le arrancan de su lado alguien muy querido.
Ha pasado un año y desde hace rato vengo sintiendo que si la Finale hubiera contestado todas las preguntas que se plantearon, se habría diluido la metáfora que los autores eligieron construir. (Independientemente si esto fue intencional desde el principio o si se inventaron "cualquiera" porque era prácticamente imposible contestar todas las preguntas). Y es que así como en la vida, se quedaron preguntas por contestar que durante todo el camino creímos eran las preguntas fundamentales. Resultó que no, que lo fundamental era el camino recorrido, que dicho sea de paso, siempre termina.
Considerando Lost como lo que es: Una serie de TV y de extraña forma una obra artística, mi principal duda era ¿de que va? Y cuando todos nos imaginabamos una Finale que respondiera a las espectativas que los autores mismos habían generado (por marketing o por lo que fuera), resultó que Lost era un drama, exquisito por la sazón misteriosa y pseudocientífica que le aportaron.
Pero fundamentalmente creo, porque Lost se parece demasiado a la vida: Con principio y fin, generando espectativas que no se cumplen, haciendo que nos hagamos preguntas que no son fundamentales y descubriendo (aunque sea sólo al final) que lo que importa no es alcanzar la utopia (Galeano dixit) sino caminar.
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